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Los misterios del placer femenino: “Nadie nos ha enseñado a tener orgasmos”
- ALEJANDRA MELÉNDEZ@alemelendezgMadrid
Sábado, 5 octubre 2019 – 02:12
El placer femenino está aún lleno de misterio. Términos como la masturbación no forman parte del lenguaje diario entre las amigas o en las conversaciones de familia -cosa que sí sucede con los hombres-, y se crece pensando que, en las relaciones sexuales, debemos satisfacer a la pareja dejando a un lado nuestro placer sin ni siquiera saber como llegar a él.
La realidad lo demuestra… Esta historia comienza con el regalo de un vibrador y una publicación sobre éste en una red social. A los pocos segundos, Lyona, ilustradora catalana, tenía cientos de mensajes en su pantalla con interrogantes como estos: «¿Tú te masturbas?», «¿Crees que si nunca he tenido un orgasmo pueda tenerlo?», «¿Y se puede hacer si tienes pareja?
Este tipo de preguntas, enviadas por sus seguidoras, le dejaron atónita y le llevaron a cuestionarse la desinformación y los estereotipos que existen entre mujeres en torno al sexo. El resultado es el libro ¡Sex-Oh! Mi revolución sexual (Ed. Random Cómics), una recopilación de viñetas y reflexiones que tienen un mensaje claro: aprender a disfrutar plenamente de la sexualidad sin miedos ni prejuicios.
«Una razón por la que las mujeres no tienen orgasmos es porque nadie nos ha enseñado a tenerlos», explica en sus páginas Marta Puig, nombre real de esta ilustradora que, en su obra, ahonda en la necesidad de hablar con naturalidad de esta práctica y, sobre todo, de «conocer nuestro cuerpo y no sentirnos culpables de masturbarnos». De hecho, según un estudio publicado en Archives of Sexual Behaviour sólo un 65% de las mujeres hetero, y sólo un 18% con penetración.
Al hilo de esta idea, la sexóloga Diana Fernández Saro, miembro de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS), afirma que a las mujeres se les ha programado para reprimir el placer: «Desde niñas recibimos mensajes sobre cómo se espera que nos comportemos: ‘Las niñas no se sientan así, tápate, no te toques (la vulva o el clítoris)’, limitando la sexualidad a la función reproductiva, desligándola del placer y enmarcando nuestras relaciones en el miedo y la penetración. Aquellas que se desmarcan son penalizadas duramente, calificándolas con etiquetas».
Una razón por la que las mujeres no tienen orgasmos es porque nadie nos ha enseñado a tenerlosMARTA PUIG
La sexóloga y terapeuta de pareja de la Asociación Española de Especialistas en Sexología (AES) Marina Castro piensa parecido: que «a la mujer se le ha educado solo para el peligro del sexo enfocado a protegerse, a evitar un embarazo no deseado o alguna enfermedad y la responsabilidad de que esto no ocurra recae en ellas, con lo cual la mujer no ve el sexo como un aspecto positivo en su vida». En su opinión, lo que se debe hacer es «tener mayor conocimiento sobre una misma, sobre el propio derecho al placer y como éste funciona».
El primer paso es conocernos. «Si no sabes cómo estas hecha, si no te has mirado, a lo mejor no sabes ni donde está el clítoris y te estás tocando donde no toca», resalta Lyona, por lo que también aconseja mirarnos con un espejo, conocer y marcar nuestras zonas erógenas, aceptar como somos y ser conscientes de que cada cuerpo tiene un potencial «brutal» para tener placer.
«Nos han transmitido que el placer ha de dárnoslo nuestra pareja, que hacerlo por nuestros propios medios es egoísta. Cambiar este pensamiento y hacernos responsables de nuestro propio placer mejora tanto la vivencia individual como de pareja», apunta al respecto Fernández Saro.
Hay que ser creativas y animarse hasta a tener un vibrador. Y sí, sí es compatible con una pareja. La sexóloga de la tienda erótica Plátanomelón, Mónica Branni, señala que «no debemos sentirnos amenazados por los juguetes eróticos o pensar que si la pareja lo usa es porque no cumples sexualmente hablando. Al contrario, complementar las relaciones sexuales en pareja con los juguetes potencia la complicidad y puede ser motivo de un mayor placer para ambos».
Y es que el placer está en todo el cuerpo. En las páginas de ¡Sex-Oh! se pueden leer consejos para sacarle el mejor partido a cada centímetro de la piel, e incluso zonas que nunca hasta ahora nos hubiéramos imaginado como erógenas. «Una vez un chico me lamió la corva (la parte trasera de las rodillas) y tuve un orgasmo que me sorprendió muchísimo, lo que demuestra que hay terminaciones nerviosas que están conectadas con el clítoris y que dan mucho placer», remata Lyona.
EL CLÍTORIS ES EL CENTRO DE TODO
Comenzaba el siglo XX cuando Sigmund Freud afirmaba que las mujeres que disfrutaban con el clítoris eran inmaduras y neuróticas. Hasta 1960, se desconocía que en él se encontraba el centro de la sexualidad femenina. Entonces, una investigación de William H. Masters y Virginia E. Johnson concluyeron que todas las mujeres son potencialmente multiorgásmicas y que la mujer es capaz de volver al orgasmo inmediatamente después de una experiencia orgásmica. Y, sin embargo, a día de hoy, no todas lo consiguen.